ARTIGAS, José Gervasio General
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Héroe Nacional de la República Oriental del Uruguay, su familia se encontraba entre las fundadoras de la ciudad de Montevideo, naciendo en la misma el 19 de junio de 1764.
Su niñez transcurrió en el Sauce (Canelones) realizando estudios en el Colegio de los Padres Franciscanos.
Con una larga tradición familiar castrense y luego de una juventud transcurrida como baqueano, el 10 de marzo de 1797 ingresa como soldado al recién formado Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Montevideo, prestando servicios de orden y vigilancia en campaña.
En un oficio fechado el 1 de enero de 1798 al Virrey del Río de la Plata solicita que por los servicios prestados, se lo ingrese “en carrera de honor...” dentro de las fuerzas criollas del Ejército español. En 1800, al ser designado Comandante de la Campaña de la Banda Oriental el geógrafo y científico español don Félix de Azara, se nombra al Ayudante Mayor José Artigas para colaborar con él.
En 1806-7 le tocó destacada actuación en la lucha ante las Invasiones Inglesas, encontrándose presente en la reconquista de Buenos Aires y en la defensa de Montevideo.
Luego de servir a España fielmente, en cuyo Ejército llega al grado de Capitán, se transforma en el promotor y Caudillo de la Revolución iniciada con el Grito de Asencio el 28 de febrero de 1811.
La victoria de Las Piedras sobre fuerzas españolas el 18 de mayo de ese año, demostró la importancia de la figura del Prócer Oriental, inmediatamente se formaliza el primer sitio de Montevideo.
Obligado a abandonar nuestro territorio por el Armisticio de octubre de 1811 entre Buenos Aires y el gobierno realista de Montevideo, le siguió no solo el Ejército, sino un importante contingente de población, hecho conocido en su época como la “Redota” y posteriormente como el “Exodo” al Ayuí.
Este no fue un exilio, sino un centro de preparación y fortalecimiento del Ejército nuevo que retornó en enero de 1813 a la Banda Oriental incorporándose al Segundo Sitio de Montevideo que abandona el 20 de enero de 1814 por desavenencias con el centralismo de Buenos Aires.
Su carrera política y militar estuvo signada no sólo por el afán de asegurar la libertad y establecer un sistema democrático para nuestro pueblo, sino de extenderlo a todos los territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata.
En 1811 había recibido de su pueblo el honroso título de “Jefe de los Orientales”, constituyéndose en un gobernante austero y sencillo, preocupado por la organización política, administrativa, social, económica y cultural de nuestro territorio.
Con una innegable vocación independentista, federalista y democrática convocó al Congreso de Abril de 1813, cuna de las “Instrucciones del Año XIII”, considerando por otro lado el desarrollo económico de la Provincia promulgó el Reglamento de Tierras de 1815. Su figura, sin embargo, no queda enmarcada solo en la Provincia Oriental, su trascendencia regional lo convierte en “Protector de los Pueblos Libres” con autoridad efectiva sobre la Liga Federal conformada por la Provincia Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Santa Fe y Córdoba sobre la cual ondeaba la bandera tricolor enarbolada el 13 de enero de 1815 sobre el Cuartel General de Arerunguá.
Su lucha denodada contra el centralismo porteño (1814-1820) y la invasión portuguesa (1816-20) desde su Cuartel General en Purificación (Paysandú) marcan su faz militar hasta su exilio en el Paraguay el 5 de setiembre de 1820. Fallece en su patria adoptiva el 23 de setiembre de 1850, repatriando sus restos el gobierno uruguayo el 19 de setiembre 1855.
Estigmatizado por una leyenda negra creada por sus enemigos ya en vida del Prócer, la trascendencia de su acción y pensamiento poco a poco descorrió el velo de falsas acusaciones mostrando la importancia de su figura a nivel nacional, regional y americano.
Desde el 19 de junio de 1977 sus restos pasaron definitivamente al Mausoleo que en su honor se levantó en la Plaza Independencia de nuestra capital.